domingo, 6 de septiembre de 2009

Algunas Cosillas




Algunas cosillas que me han hecho sentir bien.


- Llamar a mis amigas a las 2 de la madrugada porque estoy triste y que no me cuelguen el teléfono. Esto es mejor aún que el valium.
- Salir, beber, el rollo de siempre.
- Una fiesta sorpresa en la que me sorprendí.
- Aprender algo nuevo.
- El sexo con amor, el sexo matutino, vaya, todo el sexo.
- Admirar a alguien.
- Las cartas que recibía cuando estaba en Irlanda.
- Intentar estudiar y conseguirlo.
- Conseguir una buena compañera de piso.
- Una clase de spinning.
- Cuando reencontré a una amiga en un aeropuerto.
- Recordar que tuve infancia.
- Recuperar relaciones.
- Que me tiren los trastos a la cabeza. (esto siempre le sube el ánimo a una).
- Reírme de un problema ajeno. Se que esta feo, pero fue algo inocente.
- Desahogarme escribiendo y burlarme de mis propios problemas cuando los releo tiempo después.

Algunas cosillas que me han hecho sentir mal.

- Las Navidades.
- La distancia.
- El abandono.
- Las mudanzas.
- Que nunca me pidieras perdón.
- El rencor absurdo.
- Reprimir mis sentimientos hasta reventar.
- La verdad.
- La mentira.

domingo, 11 de enero de 2009

Tatuajes del corazón.


¿Que es el miedo? Algunos dirían que una reacción de defensa a estímulos externos que nos ayuda a auto defendernos de algo o alguien, de hecho así es. Un mecanismo de protección. Aunque en la sociedad en la que vivimos no se exactamente de que nos sirve, ya que difícilmente estamos expuestos a situaciones límite, hasta en muchos casos provocamos la posibilidad de que nuestro organismo deje correr esa maravillosa hormona llamada adrenalina.
El miedo no es solo algo intrínseco como decía hace un momento, es un sentimiento heredado de las experiencias que nos ha dado la vida. Parece que con los años lo tenemos más presente a la hora de tomar decisiones, sobretodo si hay un riesgo a ser heridos de alguna manera.

El miedo es inevitable y está causado en parte por nuestro pasado. Los miedos son como cicatrices, más bien como tatuajes que recubren nuestra piel y tienen un tamaño u otro en función de la importancia que les damos y están situados más o menos próximos al corazón según la carga emocional que poseen. En el corazón se encuentran las personas que son o han sido trascendentales en nuestra vida, es donde están los despechos, los odios, los celos, la soledad, la tristeza, la humillación, el orgullo, la desesperanza, el olvido, el perdón, el amor y el desamor... Lo mejor y lo peor que nos ha pasado. Tatuajes que se sobreponen unos a otros mezclando contradicciones y haciendo un coctel de nuestras emociones que a veces puede resultar delirante. Son docenas de marcas que vamos acumulando a lo largo de los años y que no duelen si no las miramos mucho. Pero les pertenece cada una de nuestras relaciones, de nuestras palabras o emociones aunque no seamos conscientes de ello.
Con el tiempo esto nos limita, hace que no arriesguemos y acabamos siendo unos miedicas. Cuesta exponerse a seguir siendo tatuado, a dejarnos pinchar por las agujas que abren heridas por mucho que luego sepamos que nos cicatrizarán, porque la marca irá siempre con nosotros como un sello identificativo, algo único, intimo y personal.